MEMORIA CONCEPTUAL. LA IDEA Y ORIGEN DEL PROYECTO
Lo importante de la arquitectura es la sensación que produce en las personas mediante los espacios que la definen. (La comunicación mediante el espacio. El espacio nos forma y nos transforma. Dialogar con el espacio, aprender de lo que te rodea.)
Nos enfrentamos a la musealización de los restos arqueológicos situados en la plaza de la Encarnación de Sevilla, debajo del proyecto “Metropol Parasol” (“MP”). Se trata de un espacio diáfano de 4.879m2, con los restos de la ciudad romana a la cota -5.45m, una altura libre de 3.95 m aprox. y una entrada de luz natural al sur bajo la escalera del proyecto “MP”.
Al estar ahora allí se tiene la sensación de estar debajo de un edificio, dentro de un sótano, y esa sensación es la que pretendemos cambiar con nuestro proyecto.
Al visitar los restos arqueológicos uno siente la necesidad de mirar más allá de las pantallas de hormigón que delimitan la ruina, quiere seguir buscando. La sensación que nos produce estar allí, 5.45m bajo la cota de la ciudad que vivimos, es similar a la que uno siente bajo el mar con unas gafas de bucear observando el fondo marino. En el mar, si miramos a nuestro alrededor, solo podemos ver hasta una cierta distancia. A partir de ahí sabemos que hay más pero no lo podemos ver. Esa es la sensación que queremos que sientan los visitantes. Estar dentro de la ruina y sentir que no existen los límites. Queremos construir un contenedor en el cual uno pierda la sensación de estar contenido, una pecera sin límites. (Sensación espacio buceo, inmersión.)
CONCEPTO
La estrategia nos lleva a generar un nuevo espacio dentro del contenedor existente, el cual, como si fuese una burbuja, existiese dentro del otro. Espacios que existen dentro de otros espacios.
El concepto del proyecto consiste en crear una membrana que envuelva la ruina y cualifique el espacio que la contiene. La membrana tiene la propiedad de modificar nuestra percepción de la ruina, y se multiplica en el interior para crear nuevos espacios. En cierto modo pretende “rebasar” o “romper los límites” del espacio que la contiene. Con la membrana creamos el contenedor, y desdibujamos los límites, tan rígidos y azarosos que recortan las ruinas.
En el interior del contenedor está la ruina. La ruina contuvo un espacio y nosotros creamos un nuevo espacio sobre la ruina.
Intervenimos espacialmente sobre la ruina suspendiendo muros colgantes y linternas de luz. Dialogamos con los espacios que la ruina contuvo. La ruina ya no sólo se entiende como algo estático que se visualiza desde la distancia, sino que adquiere vida propia, enseñándonos los espacios que un día contuvo. Jugamos con esos espacios para producir sensaciones en el visitante. Queremos que el recorrido por la ruina tenga un fuerte componente de vivencia espacial: